Actualmente,
la urbanización rápida – especialmente en ciudades de países en vías de
desarrollo – plantea numerosos desafíos en la distribución espacial de personas
y recursos, así como en el uso y consumo de suelo. En algunas regiones, el
suelo urbano ha crecido mucho más rápido que la población urbana, lo que ha dado
lugar a modelos de uso del suelo menos densos y menos eficientes. Los modelos
urbanos centrados en el automóvil siguen siendo la norma general, según la cual
políticas de zonificación estrictas dividen el espacio urbano en zonas
residenciales, comerciales e industriales. Estas ciudades, que crecen en
sentido horizontal, no son sostenibles a largo plazo debido a externalidades
negativas, como congestión, problemas de infraestructura,
contaminación y desagregación social, y en ellas es cada vez más difícil
administrar el constante aumento de la población urbana. Debido a la ausencia
de estrategias y marcos de planificación de ciudades y falta de coordinación,
el aumento de la población facilita la conurbación y el crecimiento urbano
desordenado, a medida que los habitantes abandonan el centro de los municipios
para ocupar el suelo de centros urbanos próximos, a veces carente de
infraestructura y servicios. Como resultado, la presión sobre el suelo y los
recursos naturales, así como las limitaciones de movilidad y acceso a
energía, empiezan a tener efecto negativo en la economía y en la eficiencia de
la ciudad-región.
Diseño
Urbano: Aspectos y Disposición de las Ciudades
Respecto al diseño
urbano, muchas ciudades siguen subestimando la importancia del aspecto y la
disposición, sus espacios públicos e infraestructura, sin llegar a entender
plenamente su correlación con la calidad de vida, el desarrollo social y otros
elementos clave del bienestar humano. Asimismo, es probable que las ciudades
bien diseñadas atraigan una fuerza de trabajo creativo, innovador y cualificado
y también inversiones necesarias para impulsar la economía urbana.
Lamentablemente, cuando existe esta comprensión, la falta de fondos y
capacidades obliga a centrarse en las necesidades de desarrollo más urgentes,
como la mejora de la provisión de los servicios básicos, en detrimento del
diseño urbano. En el ámbito regional, las ciudades tienden a crecer a lo largo
de corredores de infraestructura y emergen como los nuevos motores del crecimiento.
Sin embargo, en muchos casos este crecimiento no es planificado ni coordinado
entre ciudades, lo que genera pérdidas de oportunidades sociales, económicas y
ambientales para la región.
Ciudades
Intermedias
A pesar de que
actualmente las ciudades intermedias – con población entre 100.000 y 500.000
habitantes– reciben a más del 60% de la población urbana mundial y son las que
crecen a un ritmo más rápido, las autoridades nacionales y regionales no suelen
prestarles la debida atención y generalmente no tienen la influencia financiera
y técnica de otras ciudades más grandes por lo que carecen de una planificación
adecuada. Sin embargo, negar la planificación urbana sólo complica una
situación que después costará más para solucionar en el futuro.
Mejorar
la Planificación y el diseño
En general, uno de los
principales obstáculos que enfrenta una buena planificación urbana es la
ausencia de legislación y marcos adecuados a nivel nacional o subnacional. En
particular, en muchos países se reconoce cada vez más el desequilibrio entre
las necesidades locales y los marcos nacionales de planificación urbana.
Nuestras ciudades deben ser espacios que faciliten el progreso social,
económico y ambiental. Para que estas se desarrollen de manera sostenible e
inclusiva deben ser más compactas y capaces de absorber el crecimiento de la
población y aumento de su densidad. Solo mediante la aglomeración, las ciudades
serán capaces de innovar, generar riqueza, mejorar la calidad de vida y recibir
un mayor número de personas de modo sostenible (con baja huella ambiental
mediante la reducción del uso de recursos per cápita y de
emisiones per cápita mayor que la que se
logra con cualquier otro modelo de asentamiento). Una expansión ordenada
requiere marcos regulatorios que acompañen al proceso de planificación. Los
países deben aplicar políticas urbanas nacionales que proporcionen un marco de
coordinación global para enfrentar los problemas más urgentes que plantea el
rápido desarrollo urbano. La política urbana nacional, que constituye una
referencia fundamental para toda reforma institucional legislativa en este
ámbito, también servirá para orientar a los ministerios sectoriales y a los
proveedores de servicios urbanos. Además, la política es una oportunidad para promover consultas con los
actores urbanos.
Extraido de ONU HABITAT: http://es.unhabitat.org/temas-urbanos/planificacion-y-disenho/
Me parece que sí debe haber cierta legislación a la hora de planificiar de diseño urbano para que exista facilidad en los civiles en un mejor desarrollo en la ciudad.
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