Planificación y Diseño

domingo, 12 de marzo de 2017




Actualmente, la urbanización rápida – especialmente en ciudades de países en vías de desarrollo – plantea numerosos desafíos en la distribución espacial de personas y recursos, así como en el uso y consumo de suelo. En algunas regiones, el suelo urbano ha crecido mucho más rápido que la población urbana, lo que ha dado lugar a modelos de uso del suelo menos densos y menos eficientes. Los modelos urbanos centrados en el automóvil siguen siendo la norma general, según la cual políticas de zonificación estrictas dividen el espacio urbano en zonas residenciales, comerciales e industriales. Estas ciudades, que crecen en sentido horizontal, no son sostenibles a largo plazo debido a externalidades negativas, como congestión,  problemas de infraestructura,  contaminación y desagregación social, y en ellas es cada vez más difícil administrar el constante aumento de la población urbana. Debido a la ausencia de estrategias y marcos de planificación de ciudades y falta de coordinación, el aumento de la población facilita la conurbación y el crecimiento urbano desordenado, a medida que los habitantes abandonan el centro de los municipios para ocupar el suelo de centros urbanos próximos, a veces carente de infraestructura y servicios. Como resultado, la presión sobre el suelo y los recursos naturales,  así como las limitaciones de movilidad y acceso a energía, empiezan a tener efecto negativo en la economía y en la eficiencia de la ciudad-región.

Diseño Urbano: Aspectos y Disposición de las Ciudades

Respecto al diseño urbano, muchas ciudades siguen subestimando la importancia del aspecto y la disposición, sus espacios públicos e infraestructura, sin llegar a entender plenamente su correlación con la calidad de vida, el desarrollo social y otros elementos clave del bienestar humano. Asimismo, es probable que las ciudades bien diseñadas atraigan una fuerza de trabajo creativo, innovador y cualificado y también inversiones necesarias para impulsar la economía urbana. Lamentablemente, cuando existe esta comprensión, la falta de fondos y capacidades obliga a centrarse en las necesidades de desarrollo más urgentes, como la mejora de la provisión de los servicios básicos, en detrimento del diseño urbano. En el ámbito regional, las ciudades tienden a crecer a lo largo de corredores de infraestructura y emergen como los nuevos motores del crecimiento. Sin embargo, en muchos casos este crecimiento no es planificado ni coordinado entre ciudades, lo que genera pérdidas de oportunidades sociales, económicas y ambientales para la región. 

Ciudades Intermedias

A pesar de que actualmente las ciudades intermedias – con población entre 100.000 y 500.000 habitantes– reciben a más del 60% de la población urbana mundial y son las que crecen a un ritmo más rápido, las autoridades nacionales y regionales no suelen prestarles la debida atención y generalmente no tienen la influencia financiera y técnica de otras ciudades más grandes por lo que carecen de una planificación adecuada. Sin embargo, negar la planificación urbana sólo complica una situación que después costará más para solucionar en el futuro. 

Mejorar la Planificación y el diseño

En general, uno de los principales obstáculos que enfrenta una buena planificación urbana es la ausencia de legislación y marcos adecuados a nivel nacional o subnacional. En particular, en muchos países se reconoce cada vez más el desequilibrio entre las necesidades locales y los marcos nacionales de planificación urbana. Nuestras ciudades deben ser espacios que faciliten el progreso social, económico y ambiental. Para que estas se desarrollen de manera sostenible e inclusiva deben ser más compactas y capaces de absorber el crecimiento de la población y aumento de su densidad. Solo mediante la aglomeración, las ciudades serán capaces de innovar, generar riqueza, mejorar la calidad de vida y recibir un mayor número de personas de modo sostenible (con baja huella ambiental mediante la reducción del uso de recursos per cápita y de emisiones per cápita mayor que la que se logra con cualquier otro modelo de asentamiento). Una expansión ordenada requiere marcos regulatorios que acompañen al proceso de planificación. Los países deben aplicar políticas urbanas nacionales que proporcionen un marco de coordinación global para enfrentar los problemas más urgentes que plantea el rápido desarrollo urbano. La política urbana nacional, que constituye una referencia fundamental para toda reforma institucional legislativa en este ámbito, también servirá para orientar a los ministerios sectoriales y a los proveedores de servicios urbanos. Además, la política es una oportunidad para promover consultas con los actores urbanos. 


1 comentario:

  1. Me parece que sí debe haber cierta legislación a la hora de planificiar de diseño urbano para que exista facilidad en los civiles en un mejor desarrollo en la ciudad.

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